No te quedes inmóvil al borde del camino,
no congeles el jubilo, no quieras con desgana,
no te salves ahora, ni nunca,
no te salves, no te llenes de calma.
No reserves del mundo solo un rincón tranquilo,
no dejes caer los parpados pesados como juicios,
no te quedes sin labios, no te duermas sin sueño,
no te pienses sin sangre, no te juzgues sin tiempo.
Pero si pese a todo no puedes evitarlo,
y congelas el jubilo y quieres con desgana,
y te salvas ahora y te llenas de calma,
y reservas del mundo solo un rincón tranquilo,
y dejas caer los parpados pesados como juicios,
y te secas sin labios y te duermes sin sueño,
y te piensas sin sangre y te juzgas sin tiempo,
y te quedas inmóvil al borde del camino,
y te salvas, entonces, no te quedes conmigo.
Mario Benedetti

¡¡Qué grande Benedetti!! tremenda estampa, gracias por compartilo, hacen una combinación perfecta.
ResponderEliminarBesines, Irma.-
Duras palabras para tiempos duros; como dura y fría es la piedra de tu instantánea.
ResponderEliminarImpresionante composición/unión poema/imagen.
Malos y tristes tiempos estos que nos han tocado.
Un fuerte abrazo.
;)