Que la vida va y viene y que no se detiene y que se yo … decía el trovador con el corazón partio. En algún momento todos lo hemos sentido alguna vez, si no partio si arrugado, y hoy dos días antes de las elecciones europeas y un día antes de la final de fútbol, (se que es final pero no se mas..?¿....) me ha dado por poner algo en mi abandonado blog. Leyendo a Juan Ramón Jiménez me hace ver cierta similitud con la realidad y que reafirma mi idea de que o cambiamos o nos vamos a la mierda. No se puede vivir continuamente en el mundo de “Yupi”
… na mas!
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Se entró mi corazón en esta nada,
como aquel pajarillo, que, volando
de los niños, se entró, ciego y temblando,
en la sombría sala abandonada.
De cuando en cuando intenta una escapada
a lo infinito, que lo está engañando
por su ilusión; duda, y se va, piando,
del vidrio a la mentira iluminada.
Pero tropieza contra el bajo cielo,
una vez y otra vez, y por la sala
deja, pegada y rota, la cabeza...
En un rincón se cae, al fin, sin vuelo
ahogándose de sangre, fría el ala,
palpitando de anhelo y de torpeza
Juan Ramón Jiménez
como aquel pajarillo, que, volando
de los niños, se entró, ciego y temblando,
en la sombría sala abandonada.
De cuando en cuando intenta una escapada
a lo infinito, que lo está engañando
por su ilusión; duda, y se va, piando,
del vidrio a la mentira iluminada.
Pero tropieza contra el bajo cielo,
una vez y otra vez, y por la sala
deja, pegada y rota, la cabeza...
En un rincón se cae, al fin, sin vuelo
ahogándose de sangre, fría el ala,
palpitando de anhelo y de torpeza
Juan Ramón Jiménez
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